giovedì 19 dicembre 2013

Frenk.

es la típica persona que amas u odias. Carácter fuerte, que puede ocultar dulzura y sensibilidad fuera de lo normal. Gruñón como pocas personas que conozco, pero cuando esta de buena, amable y generoso. Ser lunático, afortunadamente, no afecta en modo alguno a su profesionalismo. Recientemente galardonado con un prestigioso honor, no se vio acunado en sus laureles, sino que ha diseñado nuevos estímulos para la renovación de las empresas. Lo definí "con síndrome crónica de nomadismo", por ser incapaz de permanecer en un lugar durante más de un par de temporadas. Cuatro Tetas, Mottella, Cinciana y ahora Refugio. Y creo de olvidar algún otra. Un maestro como Angelo Ballasini, carácter duro, de difícil convivencia con el discípulo. Los legendarios “gritos” en la cocina de las Cuatro Tetas, con la participación otras madres y maldiciones que, por suerte del sacerdote de S. Andrea, todavía no era el pobre Don Ulises, nunca habrían cruzado las enormes puertas de la basílica, dados el conocido laicismo de los dos duelistas. La presencia de Angelo sigue siendo tangible en la cocina de Frenk. Los platos tradicionales de Mantua, diseñados y cuidadosamente revisado para añadir un toque de personalidad, que aún están presentes en los menús. Discursos a parte, (me siento el crítico de Veronelli) empezamos con los cuentos serios, que solamente recordar los menús se me hace “la boca a agua”. Solíamos ir una vez a la semana da Frenk (personalmente, incluso dos o tres). Siempre el mismo grupo de amigos, los jugadores de tenis amateur del jueves por la noche. Yo, aunque no era tenista me unía igualmente, ya que antes de ser tenistas eran viejos amigos, de la infancia, los verdaderos. Bicio, Claudio, Gian y Nick, en orden alfabético… sabéis a cierta edad las “esclerosis” son al orden del día. Prefiero evitar de hablar de comida, obviamente por no hacerme demasiada violencia, pasamos directamente después de la cena, donde el programa incluyó el punto culminante de la noche: la spazzinone (un juego de cartas). Con regularidad yo estaba emparejado con el Frenk, contra cualquier pareja que querían desafiarnos. No me acuerdo la primera vez que nos emparejamos (en el sentido que jugamos las cartas juntos)… (te quiero muchísimo Frenk, pero tú no eres mi tipo y no quiero competir con Fausta, perdería ampliamente…) Menudo salimos ganadores, muy a menudo ... memorable fue la derrota contra Andrea y Daniel, estimados profesionales además de fantásticos amigos, pero con las cartas en las manos no nos importunaban para nada, y es verdad: la suerte es ciega, pero la mala suerte nos ve muy bien…. Para jugar en conjunto con mi pareja, hay que tener paciencia, pero mucha. él nunca se equivoca, así que si perdemos es mi culpa. Por no hablar de las broncas durante el juego… pero Franco es así, o lo tomas o lo dejas. Y queréis saber algo? Yo lo tomo así, toda la vida!

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