martedì 6 agosto 2013

Buena Gente.

Buena Gente.

en un mundo donde el egoísmo, la delincuencia, la mezquindad y la deshonestidad son el pan de cada día de las noticias de nuestros telediarios, tengo una buena noticia para vosotros. Allá afuera todavía hay buena gente.

Hablo por experiencia propia pero dado que soy una persona muy afortunada no me siento de generalizar.
Las buenas personas no pueden soportar la idea de ser nombrado, así que jugare con vosotros, citando únicamente el nombre de esta persona.
Estoy seguro que el ser de Mantua os empujara a la “caza de brujas”

La persona de la cual os quiero hablar es Mattia.
Es posible que hayan oído hablar de él, ha venido a verme en estos días y no con las manos vacía, si no con muchos regalos.

Si os dijera algunos regalos, sería como decir su apellido. Os diré el regalo mas apreciado, tal vez más inesperado. Una llave USB con su libro cargado, y otra cosa (muy apreciada) que no os puedo decir, pero que a él se lo regalo un tal Claudio M.

Me estoy partiendo de las risas, Aiste me mira con compasión.

Mattia es la clásica persona con los pies en la tierra, aunque podría ser más pretencioso teniendo en cuenta su resultados profesionales.

Hablando te trasmite una carga muy positiva, que te hace sentir bien. Ha dado su disponibilidad para la manifestación, que si os cuento, mi amigo Macigno me podría romper las piernas. Para el uso que yo hago, también os podría decir todo, pero aún espero a un milagro (leer “células madres”), así que voy a fingir de temer a su represalia…

Volviendo a lo de antes, Mattia es verdaderamente una bella persona, y si vais a leer su libro (el titulo … adivinar… no lo puedo decir por varios motivos) os daréis cuenta con que valores ha crecido, incluso en una realidad profesional en la que la apariencia gana 10 a 0 la esencia.

Una persona definidamente fuera de lugar en su profesión, pero con la humildad y la inteligencia, ha sido capaz de emerger para convertirse en un verdadero líder.
Ahora ha llegado a una cierta edad y la jubilación le espera.

Un día había previsto que se sentaría en una silla en el “parlamento” de su profesión, pero creo que no seguirá mi consejo.

Que tengas suerte Mattia, tus pollitos te están esperando

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