lunedì 22 luglio 2013

las Vacaciones.

Echo de menos las vacaciones.
Echo de menos descubrir nuevos lugares, vagar sin rumbo para buscar panoramas desconocidos para grabar en la mente.
También volver en los sitios más queridos, donde el reto era de intentar divertirse más que la vez anterior.
Los museos, las exposiciones de arte moderno, que enriquecen el espíritu y el alma.
Dalí en Figueres, Picasso en Barcelona, Van Gogh en Ámsterdam, y el Moma de Nueva York,
Pinacoteca de Arte Moderno de Múnich, la Fundación Maeght de Saint-Paul-de-Vence y después Roma.
Cada vez que fui a visitar a Marco, estudiaba antes las exposiciones, ya llegaba con las ideas claras.
Me fascinaba viajar solo, pero también con novias, mama y amigos. Lo importante era viajar.
Con los amigos fueron inolvidables las vacaciones con Simone en Barcelona en verano.
Duración, un mes. Nos fuimos con la idea de hacer un viaje para España, y luego nos quedamos solo en Bcn, casi con lágrimas en los ojos cuando tuvimos que regresar.
La razón? La verdad que no se explicarlo, probablemente nos hemos integrado perfectamente en el estilo de vida de los catalanes.
Sin duda porque éramos una pareja perfecta, nunca hemos discutido. De hecho, tuvimos una Moleskine,  en que apuntamos nuestros pensamientos, nuestras emociones.
Todavía recuerdo el día del 15 de Agosto, en un chiringuito en la playa de Barceloneta.
Ebrios (eufemismo patético después de una interminable serie de caipiriñas), un viento inusual, mirando los surfistas haciendo espectáculo encima de las olas, un olor clarísimo de porros, estuvimos peleando por el cuaderno para poder escribir sobre papel las fuertes sensaciones que la situación causaba en nosotros mismos.
Yo diría, sin mentiras, las vacaciones perfectas!
Si me queréis hacer daño, abandonarme en una playa. El sol y el bronceado nunca han sido para mí. En las vacaciones con las novias, me la ingeniaba negociando unas horas en la playa con muchas horas jugando al golf…
Conozco mucha gente que viajar provoca ansiedad, quieres o no por el miedo a volar, también porque dejar el lugar donde se vive es como una separación de las rutinas.
Evidentemente yo no soy rutinario.

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